A lo largo del s. XVIII la pintura de género costumbrista tuvo un papel secundario. La representación de una realidad "baja y vulgar" se consideraba inapropiada para los pinceles de un artista. Desligándose de la estética academicista dominante en la época Mijail Shibánov fue el primero de los pintores rusos en dirigirse a temas de la vida campesina.
La vida de Shibánov es en su mayor parte un misterio para los historiadores del arte. Se conjetura que fue alumno de Dimitri Levitski.
En esta obra el autor se revela como un maestro del retrato, profundizando en la psicología de los rostros de los protagonistas. Shibánov muestra un gran afecto y respeto por los personajes. La representación de los vestidos es etnográficamente correcta, correspondiendo a las ropas de fiesta campesinas propias de la región de Súzdal.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
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