Isaac Levitán escribió a Pavel Tetriakov respecto a esta obra: "En esta obra está todo mi ser con toda mi mentalidad y contenido".
Quizás esta obra refleje la concepción del mundo de Levitán en la que el promotorio con la iglesia y el cementerio abandonado parecen enfrentarse a la inmensidad del cielo y el agua. Parece transmitir la fragilidad de la condición humana y la caducidad de su paso por éste mundo. El ser humano nace y en esa iglesia es bautizado. Cuando muera será la misma iglesia la que celebré su funeral. Ni su memoria sera duraderá ya que el cementerio está semiderruido y muchas de sus cruces caídas. Mientras la naturaleza permanece en medio de todos los cambios.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
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