A principios 1877 con el estallido de la Guerra Ruso-Turca Vasili Vereshaguin fue destinado al teatro de operaciones en los Balcanes. El momento que nos muestra el autor es el desfile del ejercito después de la decisiva batalla de Shipka, un paso de montaña en los Balcanes que fue defendido por rusos y búlgaros durante medio año.
Sin embargo, la atención del pintor no se centra en los militares victoriosos sino en los soldados muertos, el precio de la victoria. Respetando al soldado ruso y sus mandos Vereshaguin quiso ante todo transmitir la tragedia que conlleva cualquier guerra.
Él mismo dijo: "Delante de mi, como pintor, está la guerra y la combatiré mientras tenga fuerzas".
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriekov de Moscú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario