Víctor Borísov-Musátov nació en Sarátov en la familia de un empleado de ferrocarriles. De niño sufrió un trauma en la columna vertebral que le dejó jorobado y con un salud muy debilitada, sin embargo estó no le impidió llegar a ser uno de los artistas más importantes de su época.
Estudió en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú y en la Academia de Artes de San Petersburgo. En su juventud Borísov-Musátov mostró un gran interés hacia la pintura impresionista, influyendo ésta en su obra temprana ("Flores de Mayo" 1894). El verdadero comienzo de su obra lo marca el cuadro "Autorretrato con hermana" (1898) en el que por primera vez intenta materializar sus sueños sobre un mundo de total armonía.
El deseo de escapar de una realidad incómoda a un mundo ideal basado en las fantasias poéticas del pintor fueron en leitmotiv de su obra. Nos mostraba un mundo de mujeres jóvenes en vestidos antiguos sobre un fondo de haciendas rurales rusas. Sus cuadros nos son una reconstrucción del pasado sino una elegía, un poema, una huida a una época de belleza y armonía ("Gobelino" 1901 o "Estanque" 1902). El colorido y el paisaje decorativo refuerza la tonalidad triste de su obra. La estética refinada, la actitud entre ensimismada e inquieta de las damas retratadas por Borísov-Musátov recuerda a las protagonistas de los lienzos de Maurice Denis.
La obra de Borísov-Musátov fue altamente valorada en tanto en Rusia como fuera de sus fronteras, sin embargo, esto no cambió en nada la actitud del pintor hacía lo que el consideraba una vida miserable. Los últimos meses de ésta los pasó en Tarusa en donde creó sus mejores paisajes ("En el balcón, Tarusa", "Arbusto de avellano" 1905). El cuadro "Réquiem", su canto del cisne es considerada también su mejor obra. El artista fue enterrado a orillas del río Oká en el lugar que el mismo artista indicó poco antes de morir.
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