Sinaída Serebriakova se crió en la distinguida familia de artistas Benois-Lanceray.
En esta obra nos muestra a sus hijos a la hora del desayuno. Ellos son Tatiana, la pequeña de grandes ojos y mejillas sonrosadas; Alexánder, mirando al espectador con sus ojos oscuros y al fondo Evgeni, de pelo rubio concentrado en su desayuno. Falta su hija Catalina que por entonces era muy pequeña para estar sentada a la mesa. Los hijos siguieron la tradición familiar. Eugenio fue arquitecto y el resto pintores.
El cuadro nos muestras unos años felices para la artista que acabaron rápida e inesperadamente. En 1924 Serebriakova emigró a París y no volvería a Rusia. Lograría más tarde llevar a París a Alexánder y Catalina, pero los otros dos se quedaron en Rusia.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
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