Este cuadro de Mijail Nésterov está inspirado en un episodio trágico y misterioso del s. XVI. El 15 de mayo de 1591, en pleno día, murió en circunstancias misteriosas el hijo del zar Iván el Terrible, el principe Dimitri, con 7 años de edad. El misterio de su muerte no ha sido esclarecido. Se especula con que tuvo alguna relación con el hecho Borís Godúnov, hermano de la esposa del zar Teodoro, también hijo de Iván el Terrible. Éste, ambicionando el poder, estaría interesado en la eliminación del heredero. Fue esta teoría la que usaría Pushkin para su drama "Borís Godúnov".
Respecto al cuadro en sí, el niño parece ser representado como un santo, con la corona y el nimbo en la cabeza, la sonrisa beatífica y las manos cruzadas en el pecho. En el cielo, dentro de un arcoiris, Jesucristo bendice al niño. Al fondo, en el paisaje, se levantan los templos ortodoxos.
Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.
1 comentario:
Felicidades y gracias absolutas por este maravilloso blog. ¡Adoro el Museo Tetriakov y la pintura rusa y a la Gran Madre Rusia!
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