Contemplando este cuadro de Alexéi Ventsianov viajamos en el tiempo y nos introducimos en el interior de un granero de principios del s. XIX con los campesinos ocupados en sus tareas cotidianas.
Venetsianov se inspiró en un cuadro del Ermitage, "Vista del interior de un convento capuchino en Roma" de Francisco Granie (¿?). Ésta le hizo comprender la importancia de la perspectiva en la representación de la naturaleza. Con gran escrupulosidad el pintor une las líneas que forman troncos y vigas en un mismo punto y dispone las figuras en una escala decreciente para subrayar la profundidad del espacio. Como dato curioso resaltar que el pintor ordeno aserrar una pared de un granero de su finca para poder pintar la iluminación con mayor exactitud.
Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.
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