Olga

V. Súrikov. “Retrato de Olga”. 1888

Uno de los mejores retratos que salieron de los pinceles de Vasili Súrikov fue este retrato de su hija Olga. La niña posa en un ambiente familiar, al lado de la estufa. El pintor ha huido de cualquier tipo de afectación, no interesa la belleza sino la frescura de la niña. La familia rememoraba la paciencia de la niña mientras posaba y como lo suyos le acompañaron durante las largas sesiones para que no se aburriese.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

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