El mar en diferentes momentos y estados fue el principal motivo de las obras de Iván Aivazovsky, pintor al que se encuadrá en la generación de los románticos tardíos.
En el cuadro la tripulación abandona en botes un navio que apenas se mantiene a flote y se dirigen a un difuso acantilado. El autor nos situa en el centro de la tormenta. Los contornos se pierden. Un rayo de luz que se ha colado entre las nubes llena el cuadro de finos matices de color azul, verde, rosa, lila y amarillo.
Cuando termino el cuadro Aivazovsky no encargó un marco dorado como hacía habitualmente, sino negro intenso, para reforzar más el colorido de la obra.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
2 comentarios:
Quiero felicitarles por esta maravillosa antología, ¿quién la edita? En cualquier caso enhorabuena y gracias por su esfuerzo por la difusión de la cultura de La Gran Madre Rusia.
Me pueden contestar, si gustan, a jose.jurado@ono.com
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Muchas gracias por su comentario.
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