M. Vrubel. “Demonio sentado”. 1890
El lenguaje creativo de Mijaíl Vrubel está estrechamente conectado con el Simbolismo y el Modernismo. Estos movimientos de fin del siglo trajeron al arte figuras complejas y dramáticas como la del demonio. Para Vrubel el demonio no es sólo un espíritu maligno, sino también un ser desdichado que sufre. Aun así sigue conservando su majestuisidad.
Los colores del crespusculo conforman el cuadro. Las grandes pinceladas hacen un mosaico de las flores. El personaje parece reflejar un fuerte individualidad que sufre por su incapacidad de adaptarse al mundo. Quizás es por esto que una lagrima resbala por su mejilla.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov.
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