“El Universo es un libro escrito en el lenguaje de las matemáticas y su escritura son triángulos, círculos y otras formas geométricas…”. Kasimir Malévich compartía estas palabras sobre la estructura del Universo con Leonardo Da Vinci. En 1914 creó una nueva forma de arte abstracto, la llamó Suprematismo, “realismo superior”.
El maestro consideraba que la naturaleza era un cuadro vivo y que copiarla era un robo, el que se limitaba a copiar la naturaleza era poco menos que un ladrón. Desde el punto de vista de Malevich el arte debía liberarse de cualquier contenido expresado a través de los objetos y operar con formas puras para poder ser autosuficiente y tener un valor por si mismo. El pintor se comunica con nosotros en un lenguaje de simples fomas geométricas. Su obra no se puede explicar de un modo concreto. No hay arriba o abajo, lado izquierdo o derecho. Las formas vuelan libremente, parecen escapar de la gravedad terrestre como si se dirigieran al infinito, al cosmos.
Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.
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