Zinaída Serebriakova fue admiradora del pintor Venetsiánov que a principios del siglo XIX representó en sus obras el mundo rural ruso. Serebriakova heredó el mismo enfoque poético hacia este mundo.
La pintora nació en la finca de su padre en Nescúchnoe cerca de Bélgorod por lo que conocía muy bien la vida del campo. El motivo del cuadro está tomado de la vida real. Serebriakova pintó a las campesinas en el prado extendiendo sobre la hierba los paños para que el sol los blanqueara.
La perspectiva del cuadro, de abajo a arriba, logra que las figuras adquieran una majestuosidad realzada por el hieratismo de sus rostros y la luminosidad del lienzo.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
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