Breve historia de la pintura rusa. Clasicismo y Romanticismo.

Los primeros retratos al oleo sobre tela fueron realizados a finales del s. XVII. La pintura rusa de este periodo ejerció una fuerte influencia en el amanecer del arte figurativo de Ucrania, Bielorrusia y los países cristianos de los Balcanes y el Caúcaso.

El comienzo del s. XVIII en Rusia está marcado por las reformas del zar Pedro el Grande. Entre estas reformas el zar Pedro construyé una nueva capital para el país: San Petersburgo, "una ventana a Europa" en palabras del poeta Pushkin. El acercamiento a Europa también se produce en las artes plásticas inciándose una nueva etapa caracterizada por la secularización del arte.

En esta época hace su aparición además un nuevo tipo de arte figurativo laico: el grabado que se convertiría en elemento imprescindible en la literatura científica, periódicos o calendarios. Por la misma época aparecen también los grabados populares conocidos como "lubok".

Durante este periodo histórico el retrato se convierte en el principal género impulsor del arte figurativo. Entre no pocos grandes artistas-retratistas de la época del zar Pedro podemos destacar las figuras de Nikitin, Matiéyev, Borovikovski o Rókotov.

I. N. Nikitin comenzó su formación artística en la Armería del Kremlin y la continuó en Italia. Sus retratos se caracterizan por su realismo y por su interés por el mundo interior de las personas (Pedro I en su lecho de muerte). La obra más conocida de A. M. Matiéyev es el autorretrato con su esposa que nos transmite el pudor y la intimidad en la relación de la pareja.

Los retratos de V. L. Borovikovski se caracterizan a le vez por su sentimentalismo y la unión de finura y delicadeza junto con una transmisión creible del carácter del retratado (Retrato de M. I. Lopujina). Los retratos de S. F. Rókotov se distinguen por su finura y complejidad anímica a la vez que por sus formas sencillas y poéticas (Retrato de A. P. Struískaya). En los retratos de D. G. Levitski se siente la fuerza vivificante de la naciente Ilustración (Retrato de Diderot).

Junto con el desarrollo de las obras de éstos y otros artistas se comienzan a sistematizar los diferentes géneros del arte figurativo en Rusia (retrato, paisaje, decoración teatral y género histórico).

En el 1757, bajo el reinado de Elisabeta Petrovna se funda la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo a la que se vincula principalmente el desarrollo del género histórico.

El primer pintor del género histórico ruso fue A. P. Losenko. Uno de sus cuadros más famosos, Vladimir y Rogneda, destaca por dirigirse a un motivo inspirado en la historia nacional.

Uno de los más claros representantes de la época de transición del Clasicismo al Romanticismo fue el gran retratista O. A. Kiprenski, el cual plasmó una nueva visión del personaje como un individuo con su libertad interior. Su retrato más famoso es el del escritor A. S. Pushkin.

Siendo representante del Clasicismo K. P. Briulov bebió también del Romanticismo en cuadros como "Los últimos días de Pompeya". También se mostró como un brillante maestro en el retrato (Autorretrato, Amazona).


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