Se suele calificar como expcecional a esta obra de Arjip Kuindzhi. En ella el artista parece llevar al limite las posibilidades del trabajo con los colores y la luz. No es de extrañar que Iliá Repin llamara a Kuindzhi "maestro de la luz".
Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.
Arjip Kuindzhi se diferencia de sus contemporáneos paisajistas de finales del s. XIX en que prefería el trabajo de estudio al de campo. El pintor creía que la naturaleza cambiante limitaba y entorpecia la fantasía del pintor. La naturaleza de las obras de Kuindzhi es teatral.
El paisaje está pintado a vista de pájaro. Los detalles concretos son obviados y el pintor se centra en el efecto de la luna en la superficie del agua.
Esta obra forma parte de la colección de la Galeria Tetriakov en Moscú.
