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Anciano

 R. Falk. “Anciano”. 1913

Robert Falk destacó entre los miembros de la Sota de Diamantes por su tendencia al lirismo y su interés por la psicología. Muy a menudo Falk pintó a personajes concretos pero el título de la obra era genérico, como en este caso. Aquí el autor usa tecnicas del cubismo pero para reforzar el carácter emocional de la obra. Es por esto que algunos estudiosos han definido la obra de Falk como "Cubismo Lírico".

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato Fiódor Shaliapin

B. Kustódiev. “Retrato Fiódor Shaliapin”. 1921

Este cuadro es todo un homenaje de Borís Kustódiev al gran bajo de opera ruso Fiódor Shaliapin. Como una estatua monumental el cantante es representado sobre una colina. A sus su querido bulldog blanco. Abajo, en segundo plano, están las hijas del pintor Marfa y María. Junto a éstas un cartel anunciando la gira del cantante. De fondo el panorama de una plaza de una ciudad de provincias inundada por un ambiente festivo. Este telón de fondo reproduce de hecho los decorados de la obra de teatro "fuerza enemiga" de Alexánder Serov, interpretada por Shaliapin en el teatro Marinski de San Petersburgo. La escenográfia fue elaborada por Kustódiev a invitación del propio Shaliapin.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato de Nadieshda Staniukévich

V. Borísov-Musátov. “Retrato de Nadieshda Staniukévich”. 1903

La retratada, Nadieshda Staniukévich, fue una persona muy cercana a Víctor Borísov-Musátov. A comienzos de 1905 fue con su marido al frente de la guerra Ruso-Japonesa para trabajar en un hospital de campaña, pero sus nervios no pudieron aguantar la presión y regresó a Moscú con su salud mental muy deteriorada. Los esfuerzos de Borísov-Musátov por salvar a su amiga fueron en vano.

La tristeza de su rostro, la languidez de su postura, la mirada turbia parecen estar en armonía con la armósfera de ese jardín apagado y frio y ambos con la psicología de la retratada.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato de Anna Pávlova

V. Serov. “Retrato de Anna Pávlova”. 1909

Este retrato de la famosa bailarina Anna Pávlova de Valentín Serov se concibió originalmente como un boceto para el cartel de la actuación de la primera bailarina del Marinski en París en 1909, en la primera gira del ballet ruso que organizó Serguéi Diáguilev.

En 1913 la famosa bailarina abandonó San Petersburgo exiliándose en Inglaterra y dando comienzo a una nueva vida errante llena de dificultades. Durante años su pequeña compañia actuó por todo el mundo cosechando éxitos. La bailarina llegó a crear su propio estilo de baile en donde se combinaban elegancia, temperamento, técnica brillante y una particular espiritualidad.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato de Pável M. Vasiliev

V. Tropinin. “Retrato de Pável M. Vasiliev”. 1830's

La vida del pintor Vasili Tropinin está ligada a la primera mitad del siglo XIX. Hijo de un siervo, cursó estudios en la Academia de Bellas Artes. Hasta los 20 años vivió en la hacienda de su amo. Recibió la libertad a los 28 años y estableció su residencia en Moscú, lugar en donde pasó el resto de su vida.

En el retrato tenemos a Pável M. Vasiliev, contable del teatro de Moscú y músico notable, representado en el sencillo ambiente de casa, dando la espalda a su mesa de trabajo. Su cara nos muestra a una persona afable y benevolente. El retrato es una buena muestra del estilo del autor.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Dos Campesinas

F. Maliavin. “Dos Campesinas”. 1910's

Alumno de Repin, Filip Maliavin obtuvo gran éxito en su época con este tipo de obras vivamente coloridas, pintadas apasionadamente. Otra de las constantes de su obra fue la cultura campesina rusa, de la que este cuadro es un buen ejemplo.

Un crítico de arte contemporaneo del maestro dijo que en sus cuadros: "...aparece algo espontaneo y sutil del espíritu ruso, un reflejo de los incendios y el olor a sangre que han cubierto la historia rusa..." 

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Ramo de otoño

I. Repin. “Ramo de otoño”. 1892

Este cuadro es una de las mejores obras de Iliá Repin en la década de 1890. En aquellos años su fama estaba consolidada en todo el país pero su vida personal sufrió fuertes cambios, se separó definitivamente de su mujer y compró su finca de Srdávnevo con la idea de apartarse del mundanal ruido y estar más cerca de la naturaleza. El pintor residía allí desde al primavera al otoño con su anciano padre y sus hijas. Una de ellas, Vera, es la que aparece retratada en este cuadro. Una persona muy inclinada a las artes que probó fortuna en el teatro, el canto y la pintura. 

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Catalina II paseando en Tsárskoe Sieló

V. Borovikovski. “Catalina II paseando en Tsárskoe Sieló”. 1794


El desarrollo artístico del ideario de la Ilustración tomó dos direcciones. Si el Clasicismo simbolizó los principios racionales de ésta el Sentimentalismo entró en la esfera de lo emocional.

Esta obra, al igual que otras, de Vladimir Borovikovski, es un buen ejemplo de esta corriente. Por este cuadro Borovikovski recibió el título de académico.

Se hace dificil reconocer a una poderosa emperatriz en esta afable señora entrada en años que pasea por el parque. Su vestuario no es lujoso, no aparecen atributos de poder imperiales, sin embargo, el entorno del parque no es menos suntuoso que el interior de un palacio. La pose de la emperatriz es reservada a la vez que majestuosa. Se nos muestra ante nosotros más a la manera de un filósofo que reflexiona en el seno de la naturaleza.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Retrato de un Hetman

I. Nikitin. “Retrato de un Hetman”. 1720's

En este retrato Ivan Nikitin nos muestra a un soldado veterano, un "hetman", uno de aquellos comandantes militares en los que se apoyó el zar Pedro para llevar a cabo sus reformas y campañas militares. Desconocemos la persona del retratado, sabemos de su rango por una inscripción en el cuadro, pero podemos afirmar que es un hombre de su época. Su rostro curtido y su mirada tensa nos habla de un hombre que habría pasado por muchas de las númerosas campañas militares del s. XVIII.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Pelagueia

A. Venetsianov. “Pelagueia”. 1825

Este retrato de pequeño formato  de una campesina de la región de Tver esta pintado del natural como la mayoría de las obras de Alexei Venetsianov. La retratada viste blusa y sarafán rojo oscuro. La campesina va vestida de fiesta. El primer día de la cosecha era un acontecimiento muy importante para el cual las mujeres vestían ropas de colores vivos confeccionadas para la ocasión. 

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Olga

V. Súrikov. “Retrato de Olga”. 1888

Uno de los mejores retratos que salieron de los pinceles de Vasili Súrikov fue este retrato de su hija Olga. La niña posa en un ambiente familiar, al lado de la estufa. El pintor ha huido de cualquier tipo de afectación, no interesa la belleza sino la frescura de la niña. La familia rememoraba la paciencia de la niña mientras posaba y como lo suyos le acompañaron durante las largas sesiones para que no se aburriese.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Retrato de León Tolstói

N. Gue. “Retrato de León Tosltoi”. 1884

Un periodo complicado en la vida de pintor Nikolai Gue precedió a la realización de este cuadro. Ocho años antes de realizar esta obra decidió abandonar la pintura e irse a vivir a un pueblo en el que durante años llevó una simple vida de campesino. Volvió al arte entre los años 1870-1880 y este retrato fue la primera obra del autor en este periodo tardío.

El pintor conoció a León Tolstói poco antes de empezar el retrato y su amistad duraría hasta la muerte de Gue. Fue muy cercano a su familia y llegó a impartir clases de pintura sus hijas. Este contacto cercano le ayudo a captar mejor la personalidad de Tolstói. Según dijo el mismo Gue, en el cuadro quiso reflejar lo más precioso de su asombrosa personalidad.

Público y crítica recibieron el cuadro con gran perplejidad. Para empezar se les reprochó que el modelo no posara mostrando sus ojos sino que Tolstói apareciera trabajando como un vulgar artesano.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Después del concierto

M. Vrúbel. “Después del concierto”. 1905

Este es un retrato sin terminar que representa a la mujer del Mijail Vrúbel, Nadieshda Sabela. La mujer del pintor era una cantante dotada una hermosa voz. Pensando en ella Rimski-Korsákov compuso la partitura del personaje de Voljova para su ópera "Sadkó".

La idea del lienzo era representar a Nadieshda descansando después de un concierto al lado de una chimenea en un vestido confeccionado según un diseño del mismo Vrúbel. 

Los materiales usados por el pintor para la realización del cuadro fueron el pastel y el carboncillo.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Violinista

A. Yákovlev. “Violinista”. 1915

Tras graduarse en la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo, Alexánder Yákovlev fue de viaje a Italia en donde pintó este cuadro. Según sabemos por el mismo autor en este retrato estaba representado un músico profesional, paralítico, de aspecto muy interesante para el pintor dado que pese a tener 37 años aparentaba muchos más.

El pintor nos muestra en este retrato su formación en el estilo neoclásico usando una composición típica del retrato de gala creando un escenario teatral en el que un violinista ordinario parece convertirse en un personaje de fábula. Hasta el traje del músico ha sido inventado por el pintor. Al fondo en la logia, aparecen dos figuritas que parecen ser personajes de la Comedia del Arte.  

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato de un filósofo

L. Popova. “Retrato de un filósofo”. 1915

Esta obra de la artista Liubov Popova es considerada su obra maestra. Evidentemente está sigue los principios del cubismo.

El modelo es Pável S. Popov, el hermano de la autora, muy aficionado a la filosofía, la psicología y la literatura clásica. Pero la imagen del hermano sirve sólo como punto de partida para que la artista cree una imagen esterotipada con una ironia a menudo presente en las obras de la vanguardia rusa.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

En el desayuno

S. Serebriakova. “En el desayuno”. 1914

Sinaída Serebriakova se crió en la distinguida familia de artistas Benois-Lanceray.

En esta obra nos muestra a sus hijos a la hora del desayuno. Ellos son Tatiana, la pequeña de grandes ojos y mejillas sonrosadas; Alexánder, mirando al espectador con sus ojos oscuros y al fondo Evgeni, de pelo rubio concentrado en su desayuno. Falta su hija Catalina que por entonces era muy pequeña para estar sentada a la mesa. Los hijos siguieron la tradición familiar. Eugenio fue arquitecto y el resto pintores.

El cuadro nos muestras unos años felices para la artista que acabaron rápida e inesperadamente. En 1924 Serebriakova emigró a París y no volvería a Rusia. Lograría más tarde llevar a París a Alexánder y Catalina, pero los otros dos se quedaron en Rusia.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Retrato de Maria Lopujiná

V. Borovikovski. “Retrato de Maria Lopujiná”. 1797

Para el que escribe este es uno de los más bellos retratos femeninos del arte ruso.

Vladímir Borovikovski emplea los métodos tradicionales del retrato para presentarnos al personaje pero el autor no hace nada para mostrarnos el estatus de la retratada sino que se centra más en su personalidad. La principal idea en el retrato es la unión de la persona con la naturaleza carácteristica de la estética de finales del s. XVIII a lo que se suma la influencia del sentimentalismo imperante en la época.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Guitarrista

V. Tropinin. “Guitarrista”. 1823

En la primera mitad del s. XIX se popularizó la guitarra en las casas moscovitas en donde en pequeñas reuniones se cantaban romanzas populares con este instrumento.

Vasili Tropinin retrata al guitarrista, un tal V. I. Morkov, en bata, de manera intima y no sin un cierto sentimentalismo típico del autor.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Retrato de Vladímir Stásov

I. Repin. “Retrato de Vladímir Stásov”. 1883

En este retrato Iliá Repin nos presenta al conocido crítico de arte Vladímir Stásov, una de las figuras más importantes de la cultura rusa de mediados del XIX. Descubridor de númerosos talentos y uno de los principales apoyos de los Itinerantes, es considerado por algunos el más grande crítico de arte ruso de todos los tiempos. Stásov consideraba que el arte ruso debía dejar de copiar las corrientes europeas, lo cual siempre lo mantendría en un segundo plano, y encontrar su propio camino, desarrollar un arte propio equiparable en calidad y originalidad a los estándares europeos.

Según cuenta el mismo Repin con motivo de unos días de fiesta todos los museos estaban cerrados y los dos personajes se encontratron con poco o nada que hacer. Aprovechando esta circunstancia, y que Repin hacia tiempo que quería retratar a Stásov, se elaboró este retrato. El pintor alabó la paciencia del modelo que durante dos días posó en sesiones de cinco o más horas.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Persona con una mano enferma

V. Súrikov. “Persona con una mano enferma”. 1913

El personaje es una excepción en lo modelos tratados por Vasili Súrikov tan llenos de salud. Esta cuadro habla de la enfermedad, la muerte, la debilidad... temas muy difundidos en el arte de la segunda mitad del XIX. Súrikov enfrenta el tema con sobriedad y sin sentimentalismo. Un contemporáneo de Súrikov veía cierta influencia de Cezanne en esta obra.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.