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La última cena

N. Gue. “La última cena”. 1861

"Uno de vosotros me va a entregar". Nikolai Gue refleja en su obra el momento en que Jesucristo pronunció estas palabras durante la Última Cena. El fuerte contraste luminoso acompaña la conmoción de los personajes. Gue hace uso de las técnicas tenebristas para reforzar el efectismo de la escena. A las figuras iluminadas de Jesús y los apostoles se contrapone la oscuridad de Judas.

Según explicó el mismo autor, él quisó expresar en esta obra el pesar de Jesucristo por la perdida de un discípulo y ser humano.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Gólgota

N. Gue. “Gólgota”. 1892

Toda la atención en esta obra se concentra en el sufrimiento de Cristo. Los elementos narrativos han sido excluidos y la imagen ha adquirido carácter simbólico: el dedo indice acusador, la figura de Cristo rodeado por los dos ladrones que adoptan expresiones antagónicas, uno con un rictus de animal dominado por el pánico y otro con una expresión de triste mansedumbre. Detrás de ellos el caos y lo informe.

El autor parecía querer mostrarnos que el lugar que el sistema destinaba a aquellos que buscaban la verdad era el cadalso, entre marginados, locos y criminales.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

El serafín de seis alas

M. Vrúbel. “El serafín de seis alas”. 1904

En el Antiguo Testamento el profeta Isaías nos narra su visión del trono de Dios rodeado de serafines, aquellos que ocupan el más alto lugar en la jerarquía de los ángeles. Uno de ellos voló hacia Isaías, llevando en su mano un carbón candente y al acercarse a Isaías tocó su boca diciendo: “He aquí que esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada, y tu pecado ha sido perdonado”. De esta manera Isaías fue liberado del pecado y preparado para ser profeta.

Una serpiente rodea la mano derecha del serafín que porta una espada. En la mano izquierda lleva un incensario con el carbón encendido. Por estos atributos la crítica deduce que Mijail Vrúbel se inspiró en el poema de Pushkin "El profeta" para la realización de este cuadro.

La ejecución de la obra parece recordar un mosaico bizantino o de la antigua Rus, tradiciones que el maestro conoció restaurando antiguos frescos en Kiev.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

La resurrección de la hija de Jairo

I. Repin. “La resurrección de la hija de Jairo”. 1871

En 1871 se propuso como tema de fin de carrera a los estudiantes de la Academia de Bellas Artes de S. Petersburgo un tema evangélico: la resurrección de la hija predilecta del jefe de una sinagoga por Jesús.

En su trabajo de fin de carrera Iliá Repin muestra el momento culminante de la acción. Mientras este coge de su mano a la difunta el viejo Jairo esta a la derecha, en la penumbra, rodeado de sus familiares.

Por este cuadro el artista recibió la Medalla de Oro. La elección del tema era cercana a Repin ya que cuando tenía 13 años perdió a su hermana mayor Ustiá.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

La serpiente de bronce

F. Bruni. “La serpiente de bronce”. 1841

Este cuadro obra de Fiodor Bruni es el cuadro más grande de la historia de la pintura rusa: su superficie es de unos 48 metros cuadrados. Bruni trabajó en el durante 10 años en Italia y lo expuso por primera vez en 1841.

El tema del cuadro procede de la Biblia, del libro de los Números (4:21:4 - 4:21:9). Durante el éxodo en el desierto y tras las largas privaciones el pueblo judio comenzó a ponerse en contra de Moises y Yahvé. Como castigo Yahvé envió una plaga de serpientes voladoras venenosas que causaban una dolorosa muerte. Tras suplicar el pueblo perdón Moisés hizo elaborar una serpiente de bronce y la colocó sobre una columna. Si alguien era mordido por una serpiente debia de comparecer ante la serpiente y entonces quedaba con vida.

En la parte derecha del cuadro una mujer de camisa blanca y manto azul a rayas busca protección en los brazos de su marido, se cree que esta tiene los rasgos de Angelica Serni, la esposa italiana del pintor.

Esta obra forma parte de la colección del Museo Ruso de San Petersburgo.

Cristo en el desierto

I. Krasmkoi. “Cristo en el desierto”. 1872

Iván Kramskoi expusó este cuadro en 1872 en la segunda exposición de los Itinerantes en San Petersburgo.

Para el artista, comprometido socialmente, los tiempos exigía una nueva imagen de la figura de Cristo, mas humanizado. El cuadro está basado en el retiro de Cristo durante 40 días en el desierto. Está sentado sobre una piedra reflexionando, decidiendo, según el autor, si va a dar el paso de sacrificar su vida por la humanidad. El amanecer al fondo anuncia la toma de una decisión. El cuadro refleja los momentos de duda que padece todo ser humano.

El marco del cuadro fue encargado de propio por Kramskoi también tiene su significado. Las esquinas están sujetadas por cuerdas creando lazos en forma de cruz. Con esto el artista quería reforzar la idea del destino ineludible de Cristo.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.

Aparición de Cristo delante del pueblo

A. Ivánov. “Aparición de Cristo delante del pueblo”. 1837-57

20 años le costó a Alexander Ivánov pintar esta obra que es considerada una de las más eminentes del arte ruso.

La composición se dividiría en dos planos, el "celestial" en donde se sitúa la figura de Cristo y el "terrenal". Este último a su vez se divide en dos partes según la relación de los personajes con la figura de Cristo. En el centro está S. Juan Bautista con las manos levantadas, S. Pedro cabizbajo y pensativo, S. Juan de pelo rojo acompañado de un barbado y canoso S. Andrés. En el extremo derecho del cuadro se situan los no creyentes: soldados romanos a caballo, pastores judíos y fariseos. El pintor se autoretrató justo debajo de S. Juan Bautista, con capa azul, bastón y gorro.

Relacionados con esta obra Ivanov elaboró innumerables estudios. El pintor acudía a lugares muy transitados para fijarse en los rostros de las personas. Podían pasar uno o dos años hasta que encontrara el rostro que andaba buscando y una vez encontrado no lo trasladaba inmediatamente a la obra sino que lo reelaboraba en su estudio. Así los rostros que aparecen en la obra no son de modelos concretos sino que son una síntesis de éstos.

El cuadro fue elaborado por el autor en Roma y tenía grandes esperanzas puestas en él, sin embargo cuando lo llevó a San Petersburgo sus expectativas no se vieron cumplidas, los académicos lo recibieron con hostilidad y sus contemporáneos no supieron valorar en su justa medida su espíritu innovador. Alexandr Ivánov moriría de cólera ese mismo año y su lienzo fue adquirido por el emperador.

Esta obra forma parte de la colección del Galería Tetriakov de Moscú.

¿Qué es la verdad?

N. Gue. “¿Qué es la verdad?”. 1890

A finales de los años 80 el arte de Nikolai Gue experimenta un avance extraordinario. Fuertemente influenciado por las ideas del Leon Tolstói, el pintor crea una serie entera de cuadros grandes sobre temas evangélicos.

En el cuadro está representado el encuentro entre Cristo y el gobernador romano de Judea, Poncio Pilatos. Según el evangelio, Pilatos preguntó a Cristo: “¿Qué es la verdad?” a lo que Jesucristo respondió con el silencio.

Contrasta la figura de Pilatos, vestido con una toga, de pie e iluminado por el sol; su mirada y su gesto parecen despreciar el sentido de la pregunta. Mientras un Cristo desaliñado se confunde entre las sombras, su silencio es su fuerza.

El libre tratamiento de los textos evangélicos llevó a veces a Gue a conflictos con las autoridades religiosas y laicas. En el año 1892, por orden del gobernador de San Petersburgo, este cuadro fue retirado de una exposición, siendo también prohibido exponerlo posteriormente en otras ciudades de Rusia.

Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tretiakov de Moscú.